Niños, discapacitados y ancianos, en peligro por las cacas de perro
Vecinos de Lugo denuncian la falta de civismo de muchos dueños de canes.
Pisar una caca de perro es una experiencia desagradable para cualquiera, pero para una persona con discapacidad, un anciano e incluso un niño puede convertirse en un problema de salud muy serio, ya que a los riesgos de sufrir una caída se suman los de padecer una infección. «Muchos niños van por la calle arrastrando sus juguetitos y luego se llevan las manos a la boca, las personas con movilidad reducida que van en silla de ruedas se manchan las manos con la suciedad del suelo; una persona mayor, con bastón o en muletas puede resbalar y caer espatalada. El daño puede ser tremendo», destaca un lucense que lleva años denunciando que en numerosas aceras, parques infantiles y jardines de la ciudad amurallada hay que caminar esquivando excrementos.
«El enfado es con los dueños de los perros, no con los perros, que aunque a mí no me gusten, son unos bichos encantadores que no tienen culpa de nada. Para tener perro hay que saber tenerlo», destaca Luis Abelleira, quien afirma que muchos lucenses «sacan» a sus canes entre la plaza Fonte dos Ranchos y las «casas baratas». Las quejas se extienden habitualmente a otras muchas zonas la ciudad, según explica el presidente de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Lugo, Javier García Calleja: «En el canil de Fingoi, por ejemplo, te encuentras con excrementos en la entrada y en la salida del recinto. Y eso es solo la punta del iceberg». A continuación, subraya: «Flaco favor hacen a quienes somos cívicos, porque lo peor de todo esto es que nos ponen a todos los dueños a la misma altura, nos miran a todos por el mismo rasero, cuando la inmensa mayoría de los propietarios recogemos las heces de nuestros perros». A la vista de la «falta de civismo» de algunos dueños y de que «el Ayuntamiento de Lugo no hace absolutamente nada para que se cumpla la ordenanza que regula este tema», Luis Abelleira ha optado por colocar un cartel en una finca de su propiedad en el que llama «guarro/a» a los propietarios que no recogen los excrementos de sus perros y los dejan tirados en espacios públicos.
También critican que muchos dueños dejan que sus canes circulen libres y sin atar por calles y aceras. En opinión del responsable de la protectora de animales, se trata de «una irresponsabilidad tremenda», ya que «por muy educado y por muy respetuoso» que sea el perro, puede provocar un accidente. Además, hay gente a la que no le gustan los animales o a la que le «molesta que el can se acerque» a olisquear. En este sentido, García Calleja quiso hacer un llamamiento: «Seamos solidarios. No dejes para los demás lo que no te gusta pisar a ti». El contrato de adopción que tiene en marcha la protectora de animales de Lugo recoge en el reverso la obligación de recoger las heces. «Todo el mundo lo firma, pero a la vista está que no todo el mundo lo cumple», indica. Y finaliza: «El perro no es responsable, el responsable es su propietario».
Vía || lavozdegalicia.es