Dos décadas, un mundo
Hace 25 años, en 1986, Pep Guardiola ejercía de recogepelotas en el Camp Nou mientras Johan Cruyff comenzaba a dar que hablar en el banquillo del Ajax. Hace veinte, ambos ya habían cruzado sus caminos para comenzar una historia que, dos décadas después, ha convertido al Barça en la referencia del fútbol mundial. Si aquel "Dream Team" que enlazó cuatro títulos de Liga se ganó la admiración general, este "Pep Team" que en tres temporadas ha conquistado nueve trofeos ha alcanzado, además de esa admiración, la categoría de inmortal. Pero entre uno y otro, en este tiempo, todo se ha ido cociendo de una manera no siempre serena pero sí del todo firme.
Estas dos décadas han significado, de forma absoluta, un cambio de trono en el fútbol español. Si a nivel internacional el Barça ha alcanzado la excelencia sumándose al pelotón de los elegidos, a nivel nacional ha convertido en el otrora intocable Real Madrid en un segundón. La filosofía futbolística que un día implantó Johan Cruyff, bebiendo de las fuentes de Rinus Michels ha desembocado en una catarata no sólo de títulos, sino de personalidad intocable que ha convertido al Barça en el ejemplo a seguir.
Lo demuestra no solamente la diferencia de campeonatos entre uno y otro (31 a 20), sino el hecho que prácticamente le haya doblado en títulos de Liga (11 a 6) y en que mientras en el banquillo del Camp Nou se han sentado siete entrenadores distintos, por el del Bernabéu han desfilado nada menos que una veintena, en 24 etapas distintas, que muestran la pérdida de identidad que ha atrapado al club de Concha Espina. Cuando el 27 de enero de 1992, siendo el Real Madrid líder de la Liga, Ramón Mendoza cesó a Radomir Antic argumentando que el equipo no daba espectáculo, la historia del fútbol español comenzó a dar ese vuelco que hoy ya es una realidad indiscutible. Desde Beenhakker y hasta Mourinho, pasando por Floro, Valdano, Capello, Heynckes o Pellegrini, el Real se ha perdido en un laberinto inacabable, del que no supo ni salir con la triunfal etapa de Del Bosque o la fallida apuesta de Camacho.
Mientras el Madrid engullía entrenadores sin cesar, el Barça buscaba con mayor o menor fortuna la estabilidad para su modelo. La presencia de Robson en el Camp Nou pareció por un momento romper el molde, pero con el criticado Van Gaal (el tipo que dio el empujón a Xavi, Valdés, Puyol o Iniesta) se recuperó una esencia que al final del camino ha demostrado el acierto de esa apuesta.
La Liga, ese torneo que (lo dijo Guardiola por última vez) demuestra fielmente la validez de un proyecto, muestra unos números incontestables. Desde la campaña 1990-91 hasta la 2010-11, se han disputado 806 partidos y en todas las estadísticas los números favorecen al Barça. Más allá de casi doblar en títulos al gran rival, ha ganado más partidos, perdido menos, marcado más goles y encajado menos. Pero es que trasladándose a las demás competiciones, ya ha superado al Real Madrid en Champions (4-3) y en trofeos internacionales en general (9-6).
Y mientras Florentino Pérez sigue en el laberinto, el Barça disfruta del éxtasis al que un día le encaminó el aterrizaje en el Camp Nou de Johan Cruyff, el tipo que lo apostó todo a una idea, sin importarle nada más. Dos décadas, un mundo.
Cantera: la goleada infinita
Cuando, en 1988, Johan Cruyff se hizo cargo del Barça, la "Quinta del Buitre" dominaba sin discusión el panorama en el fútbol español. En cuanto aquella generación desapareció, la cantera del Real Madrid pasó a ser un plato de segunda, cuando no tercera mesa en el club. Y hoy si hay una cantera admirada y envidiada es la del Barça. Apenas Raúl, Guti y Casillas destacan en estas dos últimas décadas como canteranos de peso, mucho, eso sí, en un Real Madrid al que han regresado Arbeloa o Granero como lo hizo De la Red y que vio desfilar a jugadores que hoy se ganan la vida lejos, como Negredo, Soldado o Diego López... En el Barça, que comenzó esta época dorada con Amor, con Milla, Ferrer, Guardiola o Sergi, el peso del vestuario es hoy absolutamente canterano. Hasta tal punto que incluso la España campeona del Mundo tiene un indiscutible carácter futbolístico surgido de La Masia.
Vía|| Sport.es