Lo banal es lo definitivo

ALGO debe de estar pasándonos para que lo banal se convierta en definitivo
y la vida comience a valer en nuestras calles no mucho más de lo que se paga por amortizarla en Medellín, Miami o los barrios más oscuros de Nueva York. El miércoles, en Barcelona, apuñalaron a un joven por un pequeño roce de vehículos en una gasolinera. Y este fin de semana, en Sevilla, despachaban a un honrado y pacífico celador sanitario con siete disparos en la cabeza. En ambos casos encontramos dos vertiginosas coincidencias: que ahí afuera la selva avanza sobre la civilización y la alegría con la que se portan armas para usarlas sin escrúpulos.
La madre de la niña atropellada, levemente y por accidente, el pasado fin de semana en Sevilla entra en prisión. Al parecer, cuatro testigos protegidos la han identificado por su participación en los hechos. Presuntamente impidió al celador que bajara de su coche mientras el padre de la niña sacaba de su vehículo el arma con la que acabaría con la vida de Gaspar García. El ejecutor sigue huido. La niña pierde a su madre. Y en el ambiente flota la espesa sensación de que lo banal se convierte en definitivo y una mirada, un roce de vehículos o un leve accidente pueda convertirte en ceniza.

Fuente: abc.es
Autor: J. FÉLIX MACHUCA