F.C. Barcelona amo de Europa-CHAMPION

El rey español extiende su dominio a Europa.

 

 

El éxtasis de Londres se repitió, sufrido, en París. La segunda Copa de Europa del Barça cayó con remontada (2-1), lo que da un valor añadido a la gloria, 14 años después de Wembley.

Dios aprieta, pero no ahoga. La mejor máquina de ataque del mundo terminó destruyendo al inabordable muro del Arsenal -con uno menos 70 minutos- en un acto de agonía que premió los retoques a tiempo de Rijkaard. Al grupo inglés, menos mal, no le bastó su táctica del avestruz, con nueve en la trinchera y Henry, imponente, amenazando a la contra, para defender su gol. Llevaban 10 partidos con la puerta a 0 y pintaban bastos. Eto'o, primero, y Belletti después -ambos asistidos por Larsson- desatascaron a un equipo que merecía subir al cielo del doblete por su exuberancia. Por su lucidez en España y en Europa después de dejar en la cuneta al Chelsea y el Milan, por ejemplo.

La segunda corona reivindica a Rijkaard, un entrenador que alteró su pizarra con la inclusión de Van Bommel por Iniesta y el cambio de posición de Ronaldinho -más centrado, como de falso centrodelantero-, y que a punto estuvo de pagarlo muy caro. Reordenación. Sus tres cambios de la segunda parte, Iniesta, Larsson -sus dejadas en los goles multiplican por mil su rentabilidad- y el lateral Belletti fueron capitales para que el Barça escalase su segundo Everest a tiempo. Por su parte, Wenger despreció el descaro de Reyes por Pires, pero fue más fiel a su filosofía de fútbol directo con Henry como punta de lanza. Hleb, de larguísimo recorrido, ejerció de chico para todo, Cesc llevó mucho el peso de la distribución y Ljungberg, otro futbolista con motor de reserva, no se cansó de lanzarse hacia arriba en compañía del '14'. Los 'gunners' temibles de este curso.

Arrancó el Arsenal como un tiro, unas fieras en una final a todo trapo. El 'fueraborda' Henry, cuyas tres primeras zancadas, su arranque, rivaliza en potencia con la de un velocista, amenazó dos veces seguidas al par de minutos. En la primera, un pase desde el costado de Pires ganó la acción claramente a Márquez, pero falló en la definición delante de Valdés, que obró el milagro con el cuerpo. Seguidamente se perfiló en la frontal, buscando ángulo de tiro tras amagar a Deco, para soltar un imponente latigazo desde la esquina que también replicó Valdés.

Poco a poco, con balones largos a las bandas, el Barça desentumeció músculos y trató de domar a la ONU inglesa, sobre todo al hiperactivo Henry. Pero faltó más creación y elaboración, la que no se tuvo por dejar a Iniesta en el banco. El Barça respiró un poco de aire soltando balones largos a Eto'o, al que Rijkaard colocó como un extremo izquierdo, partiendo desde donde lo hace Ronaldinho. Eboué es músculo y explosión, pero el camerunés, a la primera que le cogió la espalda tras un pase maestro de Ronaldinho que lo lanzó frente a la portería, empezó a decantar la final. O eso se suponía. Fue derribado por Lehmann, que salió a cazarlo fuera del área. El derribo, claro, a un palmo de la línea que marca el penalti. Roja directa al portero inglés en lo que hubiese sido gol de Giuly si el árbitro noruego hubiese aplicado la meridiana ley de la ventaja.

Con uno más, el Barça, ya en plan monólogo, se hizo el amo y Ronaldinho se dedicó en su posición más centrada a regalar pases interiores a las diagonales de Giuly y Eto'o. Ni por esas se taladró a la zaga inglesa. Al Arsenal le quedaban las contras hacia su galgo Henry o las jugadas a balón parado hacia las torretas de asalto. Y ahí fue donde se encontró el gol en una falta ejecutada por Henry que encontró un remate imponente de la bestia Sol Campbell, especialista en los bombardeos aéreos. El central, tan potente en el salto como lento de cadera, ganó la posición al pobre Oleguer.

El único error los condenó, pero a este Barça le sobran armas y poder de reacción a un mínimo que la dirección se diese cuenta. El último tramo del primer acto fue un acoso continuo sobre la portería inglesa. Eto'o, que recibió otro regalo interior de Ronaldinho, dejó seco a Campbell con un control dirigido y media vuelta de libro. Soltó un gatillazo a quemarropa que sólo los reflejos de Almunia y el palo evitaron que fuese gol. El mejor fútbol de Europa, a prueba. No merecía el Barça irse por detrás del flexible muro defensivo de músculo, coordinación y rapidez que forman los Eboué, Touré y Ashley Cole. Campbell, como comprobó Eto'o, es su lado más desgastado y lento, y por ahí se debía seguir hurgando, porque Ronaldinho seguía su cátedra de pases interiores sin destino cierto.

Rijkaard echó mano de Iniesta por el gris Edmilson y el Barça tuvo más toque en corto, salida y velocidad de balón. Los ingleses, los genios del fútbol eléctrico, seguían en su ejercicio de supervivencia, todos muy juntitos y coordinados hasta tener la posibilidad de lanzarse arriba. Iniesta pronto mostró la equivocación de Rijkaard de sacarle del once con una jugada en la que se metió hasta la cocina. Eso sí, al chico le falta lucidez en el disparo de gracia. Le cuesta el gol cuando en todo lo demás -regate y pase- es un superclase.

Por momentos, Iniesta y Ronaldinho, en sus afrentas personales, eran la gran esperanza ante los 10 atrincherados de Londres, con Henry mostrando sus poderes en una galopada de él contra el mundo en la que dejó tirados a Márquez y a Puyol. El Barça se agarraba a la imaginación frente al rigor del músculo y un francés irreductible que lucía su zancada y sus disparos que hicieron sudar a Valdés.

Así, hasta que apareció el mejor Eto'o en una jugada eléctrica que en la que Larsson, providencial, prolongó de espaldas hacia la carrera del camerunés. El viejo Samuel ganó la espalda otra vez a Eboué y la clavó al palo corto de Almunia. Ya a contrarreloj se lanzó la carga final de caballería: a degüello para hacer añicos una maquinaria defensiva que parecía irrompible. Se consumó en otra jugada fulminante en la que Larsson -tras un envío interior, cómo no, de Iniesta- dejó con picardía a Belletti. El defensa, lejos de sus dominios, decidió como un delantero. La gloria, merecida y sufrida, era azulgrana. Segunda Copa de Europa con el regusto de la remontada ante un equipo que no regaló nada y que defendió su ventaja con la vida y con Henry.

FC Barcelona:

Valdés; Oleguer (Belletti, m.71), Puyol, Márquez, Van Bronckhorst, Edmilson (Iniesta, m.46), Deco, Van Bommel (Larsson, m.61), Giuly, Ronaldinho y Eto'o.

Fuente:elmundo.es

por dilam
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