Unos 14.200 lucenses no verán la TDT.
Los últimos estudios de planificación de la red de la televisión digital terrestre (TDT) en la provincia de Lugo duplican el número de lucenses que se quedarán de forma definitiva en zonas de sombra, por lo que tendrán que recurrir al satélite para ver la televisión una vez que se realice el apagón analógico. Los afectados tendrán que afrontar un desembolso de alrededor de 400 euros para poder ver la tele.
La Xunta, que calculaba antes que los lucenses sin señal digital terrestre serían un 2% de la población, realizó este verano nuevos informes que elevan la cifra hasta el 4%.
Estas personas viven en su práctica totalidad en viviendas unifamiliares, sobre todo en zonas que en la actualidad ya tienen muchísimos problemas para ver la televisión analógica y forman parte de una población muy dispersa, por lo que los técnicos han descartado la posibilidad de hacerles llegar la señal a través de repetidores terrestres. El problema es que tendrán que afrontar un desembolso mayor que el resto para acceder a la TDT, ya que se precisa una antena parabólica y un receptor especial.
Fase III
La mayor parte de la provincia de Lugo se incluye dentro de la fase III de desarrollo de la TDT en Galicia, que tiene el 3 de abril como fecha de apagón analógico. Eso significa que a partir de ese día sólo se recibirá la señal digital, y quien no tenga adaptada su instalación no verá la televisión, y la situación dista mucho de ser tranquilizadora: un reciente estudio de la Diputación señala que al menos 37 municipios de Lugo tienen todavía una señal deficiente, que apenas hay colocados una veintena de los alrededor de 170reemisores cubre huecos necesarios (gapfillers) y que ni siquiera está completada la red primaria de distribución.
Para esas zonas de sombra que quedarán al final, la Xunta ha previsto la solución del satélite. El proceso sería el siguiente: una vez que un técnico instalador autorizado comprueba sobre el terreno que una vivienda no tiene cobertura, se lo comunica a la Xunta, que lo certifica. Ese certificado permite al propietario de la vivienda instalar una antena parabólica y un receptor específico para recibir la señal del satélite. Ese receptor no se podrá comprar en tiendas, sino que sólo estará a disposición de los instaladores autorizados, a un precio de 156 euros. A este dinero habrá que añadir el coste de la antena parabólica (unos 80 euros para una de 90 centímetros de diámetro), del cableado y de mano de obra. En torno a los 400 euros, dependiendo del instalador.
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