Encharcamiento en el jardín
Junto a las heladas y al golpe de calor, el encharcamiento es la causa de muerte irreversible más común y corriente de las plantas.
El agua, vehículo indispensable de los elementos fertilizantes, puede también restringir las posibilidades de alimentación de una planta, e incluso de supervivencia, si existe en el suelo de manera excesiva y continua, que es el accidente que llamamos encharcamiento.
Sin duda, la permeabilidad del suelo es el factor clave que hay que tener en cuenta cuando sospechemos que nuestras plantas están sufriendo o padeciendo un encharcamiento. Podemos decir que un terreno con alta permeabilidad o buen drenaje nunca presentará este tipo de problemas a las especies cultivadas en nuestro huerto o jardín. Un suelo arcilloso siempre retendrá mucha más agua que uno arenoso.
Les aconsejamos que, como primera medida al actuar sobre un terreno que no conozcan, abran un hoyo de un metro de profundidad y lo llenen de agua, el tiempo que tarda ésta en desaparecer, les indicará la permeabilidad del suelo. Logicamente, el agua del hoyo deberá desaparecer en breve espacio de tiempo, máximo una hora.
Otro factor de encharcamiento, aunque éste mucho más controlable y fácil de solucionar por nosotros, es el exceso de riego. Además de contribuir a la propagación de algunas plagas y enfermedades. Sucede a menudo con parcelas regadas a manta, por inundación, y por surcos, que permanecen anegadas mucho tiempo durante cada riego, pero también puede suceder en riegos por aspersión mal programados. Más dificilmente sucede el encharcamiento por exceso de riego en riegos manuales, con manguera,...ya que en estos casos el control del regador es absoluto.