Algunas recomendaciones para el otoño

El otoño es muy propenso para que los virus y las bacterias nos pillen desprevenidos. Consumiendo alguno de estos y otros ingredientes, igual podemos evitarlo.
Tomillo, la planta que los males espanta.
El tomillo mejora la salud del estómago y del intestino, pero también la de la garganta y los pulmones. Si te encuentras "pachucho", has cogido frío o tienes la sensación de estar incubando un virus, pon dos rebanadas de pan duro y unas ramitas de tomillo en un cuenco, rocíalos con aceite de oliva y vierte una taza de agua que habrás herbido con un diente de ajo.

Champiñones, defensas a prueba de asaltos.
Que se puedan comprar todo el año no es motivo para relegarlos a un segundo puesto. El champiñón, así como la gran mayoría de setas, actúa como un potenciador del sitema inmunitario. No es de extrañar que algunas setas asiáticas - shiitake, maitake, etc.- se vendan desecadas o en forma de extracto en dietéticas con el fin de reforzar las defensas.

Sardina, rica en hierro.
Un pequeño déficit de hierro basta para reducir la resistencia a las infecciones y descontrolar nuestro termostato interno. Comiendo sardinas, carne de caza, hígado y legumbres mantendrás los niveles óptimos de este mineral en la sangre.

Zumo de limón, otoño son resfriados.
"Zumo de Limón, zumo de bendición", dice el refranero. La monda y el zumo de limón diluido en agua hirviendo y mezclado con una cucharada de miel es un remedio tradicional que suaviza la garganta, baja la fiebre y activa los hígados más perezosos. La razón: sus componentes dan un impulso de energía a los glóbulos blancos, el ejército encargado de aplacar la entrada de "enemigos" en nuestro interior.

Fuente: revista Pronto.

por dilam
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