La multiplicación de los vegetales
En los casos que no se puede conseguir nuevas plantas a través de sus semillas y se desea obtener gran cantidad de plantas bien desarrolladas en poco espacio de tiempo podemos acudir a la multiplicación vegetativa.
Es típica de las plantas cultivadas y casi siempre es producto de la mano del hombre. Consiste en separar una parte de la planta, como un tallo, una raiz, una hoja, por ejemplo, que tratada convenientemente dará origen a una nueva planta.
En realidad, la resultante no es una planta nueva sino una parte de la original, que posee la facultad de vegetar autónomamente y de florecer y reproducirse a sus vez.
Por lo tanto, no es extraño que en ella se repitan con gran fidelidad las características de la planta madre, cosa que no sucede en las siembras, excepto que se trate de semillas procedentes de razas puras, con unos caracteres muy arraigados.
Una particularidad muy notable de la reproducción vegetativa es que no solo se reproducen en ella las características de la planta madre sino también las mutaciones, que afectan a la parte de la planta de la que se extrae la estaca o el esqueje. Esta facultad ha originado numerosas variedades que hoy día son ornato de muchos jardines.
Los medios de multiplicación vegetativa más habituales son:
