Congelar frutas
Lo primero que debemos tener en cuenta para la congelación de la fruta es que ha de ser fresca y estar completamente madura.
Algunas frutas requieren de una preparación para su conservación, por ejemplo:
Pelar y cortar en rodajas: Naranja, pomelo, piña, melocotón...
Lavar y quitar hueso: Albaricoque, ciruela...
Lavar y dejar entera o deshuesar: Cereza...
Lavar y limpiar: Fresa, uva, mora, grosella, frambuesa...
Abrir y quitar las semillas: Melón...
Para una buena y prolongada conservación, y mantener su color, se recomienda cubrir la mayor parte con azúcar o almíbar. Dependiendo del uso que vayamos hacer después de la congelación.
Se aconseja más el azúcar para aquella fruta que vaya a ser cocida, usada en pastelería o si la vamos a consumir cruda.
El almíbar se puede usar para la fruta que ha de servirse cruda, y lo preparamos de la siguiente manera:
Ponemos azúcar en agua hirviendo y moviéndola hasta que se haya disuelto completamente.
El color de la fruta se mantiene si se sumerge en zumo de limón antes de recubrirla de azúcar, o si se añade limón al almíbar.
Para el envasado podemos utilizar bolsas de plástico, contenedores de aluminio o vasijas de cristal.
Debemos tener en cuenta si usamos contenedores, no llenarlos completamente, para permitir la expansión del contenido.
Para facilitar la absorción del azúcar, es aconsejable poner las bolsas o contenedores en el frigorífico al menos una hora antes de introducirlos en el congelador.
Congelar: carne fresca || animales corral y caza||verduras||pescados||crustáceos y moluscos|| pan y repostería|| mantequilla quesos y huevos.