Congelar alimentos en casa
La congelación es uno de los más modernos métodos de conservación. Para algunos alimentos se ha probado que el proceso de congelación llega incluso a mejorar sus características.
En casa podemos congelar practicamente todos los alimentos, incluidos los platos ya cocinados y preparados para ser consumidos.
Para obtener unos buenos resultados, se han de seguir estrictamente determinadas reglas. A continuación enumeramos algunas:
Lo primero que debemos hacer es preparar el producto que nos disponemos a conservar. Debemos por tanto, eliminar los deshechos y las partes no utilizables: huesos, pieles, espinas, etc.
Lavamos y secamos el producto.
Es aconsejable dividir los trozos de grandes dimensiones en porciones más pequeñas, según la cantidad que se prevee cocinar.
Debemos envasar el producto, pues así lo protegemos de la deshumidificación, evitamos la transmisión de olores, etc.
Los materiales utilizados deben ser impermeables al agua, aire, vapor, grasas y ácidos.
Los más aconsejables en la práctica son los siguientes:
El politeno, en rollos o bolsas.
El celofán especial para alimentos, en rollos o bolsas.
El aluminio, en rollos o láminas.
Contenedores rígidos de aluminio o plástico.
Debemos procurar que el producto quede bien sellado y no lleve aire en el envoltorio o envase. Los envases nunca se llenarán completamente.
Antes de empaquetar el producto para congelar, hay que dejarlo enfriar.
Debemos etiquetar los envases indicando la fecha de conservación.
Colocaremos los productos siempre apoyándolos en la pared del congelador y haciendo contacto con ésta en la mayor superficie del paquete.
No coloque los productos en el centro de la cuba y evite que queden en contacto con otros ya congelados, para impedir el "calentamiento" de éstos últimos.
Congelar: carne fresca|| animales corral y caza||frutas||verduras|| pescados||crustáceos y moluscos||pan y repostería|| mantequilla quesos y huevos.